Tenemos muchas opciones a la hora de gestionar nuestro tiempo libre: pasear, salir a conocer nuevos restaurantes, ferias, festivales, música, leer y el arte. Sí! El arte. En este blog no somos expertos (ni por asomo) en este terreno pero siempre es interesante conocer nuevas exposiciones que tienen lugar en Barcelona. Por este motivo decidimos visitar el MNAC ( Museu Nacional d’Art de Catalunya) a conocer la exposición de Bartolomé Bermejo que podréis ver y disfrutar hasta el 19 de Mayo.
Si no eres un experto en arte y más concretamente en pintura del barroco del s.XV lo mejor es que te documentes un poco antes de ir o que hagas uso de sus audioguías. Siempre lo disfrutarás y entenderás mejor si conoces un poco lo que vas a ver.
La obra de Bermejo nos llamó la atención por diferente y, en cierto modo, transgresora por la época en la que vivió. Por ese motivo lo llamaban ‘el genio rebelde’ del s.XV. Bermejo era un genio por su extraordinaria técnica pictórica y por la originalidad de su iconografía. Poco tenía que ver, pese a las limitaciones de la época, lo que él hacía comparado con los trabajos de sus ‘colegas’.
Seguramente era considerado ‘un bicho raro’ o lo que ahora llamaríamos un tío un poco ‘freaky’. Y justamente ese punto diferente fue lo que lo hizo destacar y perdurar en la historia.
En esta exposición del MNAC encontraréis la recopilación de 42 obras de este autor entre las cuales destacan:
- San Miguel derrotando al demonio
Entre influencias de escuelas flamencas y hispánicas este cuadro es uno de los más representativos del artista. La alta calidad de su técnica pictórica, como recrea volúmenes, tejidos, amarduras y la infinidad de detalles lo hacen especial en su época. También de debe destacar la representación que hace del diablo.
- Tríptico de la Virgen de Montserrat
Soprende la iconografía de la virgen de Montserrat sentada sobre una sierra. También sustituye el tradicional paisaje rocoso por un atardecer en el mar, y hay que destacar la gran variedad de plantas y flores botánicamente reconocibles que se extienden en gran parte del cuadro. Una obra para observarla con mucho tiempo y detenimiento en la que en cada mirada podréis descubrir algún detalle o referencia nuevo.
Os podríamos estar mucho rato dando datos biográficos sobre el artista o sobre su obra, pero queremos que ésto solo sea un anticipo para haceros tener ganas de ir a MNAC a visitar la exposición.
Vale la pena hacerlo.
Además, siempre es un gustazo entrar en este museo en el que el propio edificio ya es de por si una obra de arte.